Reseña: Nosotros después de las doce ☆

¡Hola de nuevo, lectores!

No estáis soñando, esto es real: Vuelvo a publicar (aleluya!). Hoy os traigo una pequeña joya llena llenísima de magia, a ver qué os parece. Recordad, contádmelo en los comentarios. 

Título: Nosotros después de las doce  

Autor/a: Laia Soler

Ed. Puck (Latidos) · 2016 · 320 páginas

ISBN 9788499449937

¡Lo quiero!

Tuve la suerte de poder asistir a la presentación del libro, junto a La Narradora, en Barcelona. No conocía a Laia Soler, ni a ninguna de sus publicaciones, así que iba totalmente a ciegas. Me pareció una persona especial nada más verla entrar en la sala, de esas en las que no puedes evitar fijarte, rebosando energía y carácter, de las que hablan sin titubear, mirando a los ojos. Luego nos explicó que había nacido y crecido en Lleida, y todo encajó. Somos así, los de 'ponent'.

Tenía claro, de antemano, que Nosotros después de las doce era una novela young-adult y que me alejaba de la franja de edad a la que iba dirigida, pero aún así me apetecía leerla, descubrir el pequeño universo mágico del que todo el mundo hablaba. 

No me equivocaba, de hecho, si la transición hacia la edad adulta pudiera tomar forma de novela, Nosotros después de las doce sería la candidata ideal. Llena de amor, princesas y un carrusel con un caballo dorado como protagonista. Una descripción novelada del proceso hacia la madurez, un descubrimiento de la identidad, del miedo, del perdón y del amor incondicional, del más sincero, de la mano del abuelo Dubois. Sin duda, mi personaje favorito del libro. Pero entre lineas encontraremos también una reivindicación de lo imposible, de los sueños que ocultamos, y del vuelo alto, de la esperanza. ¿Es el olvido el mejor recurso contra el dolor, o solo el más fácil? 

Me parece que Laia Soler invita, conocedora del público al que se dirige, a un debate sanísimo. Pero es que además lo hace de manera fresca, libre de pretensiones y sin voluntad de aleccionar a nadie, eficiente. Su forma de narrar me ha gustado bastante, no es perfecta, durante la lectura ha habido veces en las que el monólogo interior me ha resultado repetitivo, e incluso alguna descripción, sobretodo a nivel ambiental, me ha parecido que recibía demasiada importancia en detrimento del resto, pero en general la he disfrutado y creo que los lectores más jóvenes aún lo harán más. Si os decidís a leerla, lo haréis en nada, en un par de días, porque engancha y su prosa es ágil y dinámica, nada ostentosa.

"–Lo tengo.

–¿Qué tienes? –pregunto, aunque lo último que mis labios piden ahora es hablar.

–El beso que quería. –Teo sonríe, y su gesto huele a victoria–. A ti.

–Más quisieras tú."

(Nosotros después de las doce, Laia Soler - página 111)

Una chica con nombre de princesa. Un chico que escucha a Sinatra. Un pueblo perdido en las montañas. Un carrusel. Tres secretos. Dos reencuentros inesperados. Un amor. Una traición. Y una noche de verano, la más mágica del año… 

Así es la vida, una suma de momentos felices e instantes difíciles, de reuniones y despedidas, de amores y desengaños. No, la vida no es un cuento de hadas, pero… ¿Qué pasaría si conocieras un hechizo para que las carrozas nunca se transformen en calabazas? ¿Recurrirías a él? ¿O querrías saber lo que pasa después de la medianoche? 

La nueva novela de la joven autora Laia Soler es un relato potente y actual, salpicado de magia, sobre una chica que navega por las turbulentas aguas de la memoria, el dolor y el amor para descubrir todo aquello que nos une, nos separa y nos hace crecer como personas.

Debo reconocer que al personaje de Aurora me costó pillarle el punto, en un principio no me enamoró, no conseguía entender su actitud hermética, tan racional. Está claro que no llegará a convertirse en una de mis protagonistas femeninas favoritas, pero una vez fui encajando las piezas del puzzle, terminé empatizando con ella. Aún así, me hubiera gustado que se profundizara un poco más tanto en la relación que mantienen madre e hija, que me pareció fría y en algunos momentos brutalmente dura, como en el personaje de Erin, con el que me quedé un poco a medias. De Teo y del abuelo me enamoré al instante, dos personajes llenos de ternura, con los que se nota que la autora disfrutó. Teo es algo así como el chico perfecto: honesto, leal, decidido, irradiando encanto allá donde va. El abuelo es puro amor, una fuerza tan rotunda que llega a ser hasta frágil, un mago y un constructor de alas, de sueños cumplidos. Justo como el que algunas tuvimos la suerte de disfrutar :) ❤

"(...) Y quizá, solo por hoy, solo por este instante, quizá lo soy. Y quizá mañana volveré a ser la chica que odia su nombre y que guarda un secreto inconfesable. Pero ahora no es mañana. Ahora solo deseo sentir que ahora mismo, traiga lo que traiga el futuro, somos uno. Que ahora somos la música que marca el ritmo de nuestros corazones."

(Nosotros después de las doce, Laia Soler - página 184)

Nosotros después de las doce huele a verano, a naturaleza, y a una noche disfrutando con los que más quieres. A todas las películas de Disney que memorizamos durante nuestra infancia. También me recordó muy mucho a mi tierra, al Pirineu de Lleida y a sus paisajes, a las noches estrelladas con las que más de una vez he disfrutado. Es un canto a la amistad y a la magia de las pequeñas cosas, no la dejéis pasar mientras tengáis tiempo.
Un dulce que os hará sonreír y que también os provocará alguna lagrimilla, pero nada grave. Tened cruasanes a mano, ¡¡porque os entrará un antojo gigaaante!!

Lo recomiendo sobretodo a los más jóvenes, a los que aún están buscando su camino, y a su voz.

"Valiente.

Valiente es quien acepta sus miedos y los confronta.

Valiente es quien se arriesga, quien sabe que puede perder y aún así juega.

Quien lanza un "te quiero" al aire sin saber si volverá.

Quien no se rinde. Quien persevera, se levanta si se cae y no permite que la marea lo engulla. Quien abre el corazón. Quien pide perdón.

Valiente es quien perdona. 

Valiente..."

(Nosotros después de las doce, Laia Soler - página 299)

Gracias por seguir aquí, lectores, volveré pronto. Lo prometo ❤


Salut i lletres,