Reseña: Prométeme que serás delfín

¡Hola, lectores!

Esta es una reseña muy especial. El libro del que os hablo hoy me ha calado hondo, no solo es una preciosidad fantásticamente escrita, sino que además tiene una importante conciencia social. Espero que lo disfrutéis mucho. Yo, desde luego, lo he hecho. ❤ ❤

Título: Prométeme que serás delfín
Autor/a: Amelia Noguera
Ed. Suma de Letras · 2016 ·
ISBN 9788483656860
¡Lo quiero!

Debería empezar dejando claro que lo que más me gusta en el mundo, por encima de cualquier género u autor, es que me sorprendan. Que un autor me demuestre, mediante su libro, "que solo sé que no sé nada". Que vuelva a probarme que los prejuicios coartan la imaginación, la limitan, la obstruyen. 

Si una novela consigue cumplir esta premisa, ya tiene la mitad de mi corazón ganado. El resto se compone de un buen argumento + buena capacidad narrativa + y personajes más o menos carismáticos, atractivos. 

Pues bien, Prométeme que serás delfín, para mi, es un 8'75. Un notable muy alto. No solo me ha sorprendido positivamente, sino que también me ha puesto en duda, me ha indignado, motivado y comprometido de 100 maneras distintas. 

Lo empecé sin saber absolutamente nada del argumento ni de su autora, a quien desconocía totalmente. Ni siquiera había leído las opiniones del libro que aparecían en goodreads. Pero me dieron la opción de pedirlo a la editorial, y lo hice, temerariamente, con los ojos cerrados, que es como más me gusta jugar. Me encantó. En serio, me he pasado la semana entusiasmada con esta lectura y con la forma de escribir de Amelia Noguera. Es tan incómoda, tan transversal, desacomplejada y a la vez, tan necesaria, que casi creo que debería tratarse de una lectura obligatoria (y soy muy contraria a las lecturas obligatorias, casi casi me parecen un oxímoron).

Jugando con el sarcasmo y la acidez como herramienta para la crítica social y política, la autora ha creado una novela que está entre el género negro y el psicológico, llena de sensibilidad y realismo. No os dejará indiferentes.

"(...)Sofía no se para nunca a pensar, actúa, se enfada por todo, es irascible, no hace caso a nadie, es incontrolable. Y temeraria. No prevé las consecuencias: lo mismo le da saltar desde una silla que desde una ventana. Cruza la calle sin mirar, se sube al columpio más alto, se lanza... El corazón en un puño. Vive su momento. Es incontenible, no puede controlarse. Llora, grita, no admite una orden que la sujete. Es impulsiva. Se suelta de tu mano. Da igual que le regañes. A veces, ni te mira. Jamás piensa lo que hace. Interrumpe a los demás cuando hablan. No puede estar sentada. No atiende a nada ni a nadie.
Yo me vuelvo loca."

(Prométeme que serás delfín, Amelia Noguera - página 53)

Una profesora de Primaria aparece asesinada en su aula, dentro de un armario y con la boca y las muñecas enrolladas en papel celo, igual que ella castigó a Sofía, una de sus alumnas. Algunas de sus amigas intentan evitar la CATÁSTROFE y deciden investigar para encontrar al culpable. ¿Quién querría ver muerta a Adela? La lista es muy larga pero muy pronto otro hecho terrible la reduce drásticamente. 

A través de sus miradas inocentes pero con la aguda intuición infantil, el lector se adentrará en el mundo de Sofía, la niña hiperactiva que más odiaba a la profesora. También conocerá a su madre, una doctora desesperada que vive solo para su hija. Sin embargo, lo que descubrirá en este camino quizás habría preferido no haberlo sabido nunca.

"(...)Hoy ha llamado su padre. Pregunta por ella. "Dame tiempo –me ha dicho–. Dame tiempo". Justo de eso no tengo. Lo siento, cariño, cuánto lo siento. Si encuentras donde reparten, avísame. (...) Es más fácil así. Sin su mirada de culpa, de "No puedo con la vida, amor, ayúdame a superarlo también a mí." Pero yo ya no tengo fuerzas para ser su bastón. Ya no tengo aliento para salvar a nadie más. Me basta con respirar para mí y para ella. Solo tengo dos pulmones."

(Prométeme que serás delfín, Amelia Noguera - página 71)

Sofía es maga, tiene diez años y sufre un TDAH (Trastorno del déficit de atención hiperactivo). Su cuerpo y su mente están en permanente ebullición, el zumbido es constante, imparable. Pero sonríe, siempre sonríe. Su madre, su heroína, es médico en un hospital público de Madrid, en plena época de crisis y de recortes humanamente indignos que la obligan, literalmente, a dejar morir a sus pacientes con menos recursos por falta de medios, o de voluntad, que al final es lo mismo. Procura ser su bote salvavidas, la zona de confort de su hija, pero está cabreada por la situación, extenuada por la lucha diaria. Manuel, el padre, se marchó porque decía que no podía más. Se fue a Alemania a buscar trabajo. Y ahí sigue. 

Pero Sofía tiene a sus amigas y a Jorge, su primer mejor amigo, que la quieren y la defienden de la incomprensión y el desconocimiento que la rodean.  Una incomprensión y un rechazo que se personifican en la figura de su tutora, una mujer que simplemente decidió que no iba a empatizar, que renunciaba a la vocación para convertirse en alguien cruel y destructivo, amargada, incapaz de lidiar con una niña con necesidades especiales, prefirió jugar a romperla. 

Lo mejor de esta novela son, sin duda, sus protagonistas. Literatura de personajes, la llaman. La autora la ha estructurado de forma que cada capítulo está narrado por un punto de vista distinto, el de la madre o el de una de las amigas de Sofía. Para diferenciarlos, va cambiando el tipo de letra, pero ni siquiera eso hace falta. Las voces son claras, tridimensionales, rezuman fuerza y sobretodo, mucha verdad. Como dato curioso: No les busquéis nombres a las narradoras, no lo tienen. Durante los primeros capítulos me preguntaba cuál sería el motivo, hasta que entendí que era una herramienta más para facilitar la la comprensión de la trama y la sub-trama al lector, porqué cualquiera de nosotras podría ser esa madre o esa amiga. Perdidas, luchadoras, supervivientes.

"(...)–Por eso debéis leer, niños –continuó–, leed mucho todos los días, si no os da tiempo a hacer todos los deberes, da lo mismo, ya aprenderéis en clase. Leed. Y no permitáis que os anulen la imaginación. No seáis borregos; sed delfines. Aprended mucho y no dejéis que os engañen. (...) A pensar se aprende leyendo, entendiendo y cuestionando lo que se lee; para copiar, están las fotocopiadoras. ¿Y dónde queda la imaginación, la fantasía? ¿Dónde queda la creatividad?"

(Prométeme que serás delfín, Amelia Noguera - página 109)

La historia se compone de una trama principal que gira alrededor de la realidad de Sofía, de la situación laboral/sanitaria/educacional de nuestro país y de las consecuencias de la llamada 'austeridad', que parece que solo afectan a unos cuantos. La sub-trama, en cambio, es más curiosa, utiliza un caso de asesinato para ayudarnos a comprender el contexto y, de alguna forma, la magnitud de la tragedia. No os cuento más porqué entonces ya no tendría ninguna gracia. 

Es muy, muy fácil de leer, la pluma es sencilla y cercana, los capítulos, cortos. Alterna el tiempo verbal dependiendo de la voz narradora. Además el caso de asesinato os despistará y os mantendrá constantemente pegados a la lectura. Vais a uniros a ese círculo de amigos con facilidad, la ternura que desprenden no tiene límites. 

Si algo puedo reprocharle es el final, la resolución del asesinato, que de hecho es el motivo por el que no le doy las cinco estrellitas. Me pareció un pelín precipitado. Pero descontando ese detalle, Prométeme que serás delfín es una novela que voy a recomendar a todo mi entorno. Indispensable. Imprescindible.

"(...)por primera vez desde que nació, pensé que era posible que Sofía no volviera más a robarme la vida, y grité al darme cuenta de mi realidad: ¿qué sería yo entonces? Ya no soy nada si no está. 
Lloro, aunque sé que el momento aún no está cerca y que mañana me despertaré y ella seguirá siendo la niña con TDAH que no sabe vivir sin mí. Yo tampoco sé vivir sin ella."

(Prométeme que serás delfín, Amelia Noguera - página 233)

Y hasta aquí por hoy, nos leemos pronto, lectores. ❤

Salut i lletres,